Unicef, en su estudio Progreso para la infancia, ha alertado de que aún hay 148 millones de niños desnutridos menores de cinco años en los países en vías de desarrollo y que en 2007 murieron más de nueve millones de niños antes de cumplir esa edad.
A pesar de estos desalentadores datos, Unicef asegura en su informe que en 2007 se produjo una reducción del 27% de la mortalidad en menores de cinco años, respecto a 2006.
Una mayor inversión de los Gobiernos de estos países en estrategias de salud, tales como la promoción de la lactancia materna, campañas de vacunación del sarampión, la lucha contra la malaria (enfermedad que provoca el 49% de las muertes en África subsahariana, que al mismo tiempo es el lugar donde nacen el 22% de los niños del mundo) o la lucha contra el sida, son las principales causas esta reducción, según ha afirmado la Directora Estratégica de Sensibilización e Imagen de Unicef en España, Amalia Navarro, en declaraciones para Público.
Unicef ha puesto de manifiesto que en 1990 morían 93 niños por cada 1.000 nacidos vivos y que en 2007 el promedio fue de 68 muertes por cada 1.000. Mientras, en los países industrializados se producen, como promedio, sólo seis muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
La desnutrición es, según Unicef, un factor que contribuye en más de una tercera parte de los 9,2 millones de muertes de menores de cinco años del mundo. Pese a que desde 1990 se han logrado avances con respecto a la reducción del porcentaje de niños y niñas menores de cinco años con peso inferior al normal, se calcula que en los países en vías de desarrollo aún hay 148 millones de niños y niñas desnutridos.
La desnutrición es una de las principales causas de mortalidad y Unicef está muy preocupada por esta crisis alimentaria, que ha provocado que en países como Somalia se produzca una aumento del 200% en los precios de los alimentos. Si a esto le sumammos la actual situación de sequia y la subida de los precios de los carburantes, la situación se puede catalogar de emergencia, afirmó Navarro.
La tasa de mortalidad desciende
Desde 1960, la tasa mundial de mortalidad de menores de cinco años ha disminuido en más de un 60%, y los nuevos datos confirman que esa tendencia descendente se mantiene. Aunque Unicef ha mostrado su preocupación por la existencia de la crisis alimentaria provocado por la subida en los precios de productos de primera necesidad como los cereales o el arroz, que han llegado a aumentar un 200% en países como Somalia. Si a esto le sumamos la actual situación de sequia y la subida de los precios de los carburantes, la situación se puede catalogar de emergencia, afirmó Amalia Navarro.
Según informa Unicef, varios países han logrado avances especiamente notables en cuanto a la reducción de la mortalidad de los menores de cinco años. Ejemplo de ello son la República Democrática Popular Lao, Bangladesh, Bolivia y el Nepal, cada uno de los cuales logró disminuir en más de un 50% su tasa de mortalidad de menores de cinco años con respecto a la que tenían en 1990.
También se han logrado avances importantes en algunas partes de África. La tasa de mortalidad de menores de cinco años de Eritrea disminuyó en un 52% entre 1990 y 2007. En Malawi, Mozambique, el Níger y Etiopía, las tasas de mortalidad en la infancia se redujeron en más del 40% en ese mismo período.
Sin embargo, en África también se registran las mayores tasas nacionales de mortalidad en la infancia. En Sierra Leona, el país con la tasa más elevada de mortalidad de menores de cinco años, 262 de cada 1.000 niños y niñas mueren antes de su quinto cumpleaños.
Los Gobiernos comienzan a concienciarse
Los Gobiernos de los países desarrolllados han mostrado una preocupación creciente por este problema, concienciándose cada vez más sobre su papel en este asunto. Muestra de ello, es laCumbre sobre la Seguridad Alimentaria celebrada en Roma el pasado junio, donde países como España firmaron un compromiso de financiación de 773 millones para ayudar a atajar esta situación de crisis alimentaria.
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