La ciencia suele ir un paso por detrás de la ficción, pero no mucho más lejos. Dibujantes como John Byrn, Frank Miller o Steve Ditko deformaron la ciencia en su afán por crear seres extraordinarios que desafiaran toda lógica. Sin embargo, el paso del tiempo ha ido estrechando la distancia entre imaginación y realidad. Los avances científicos trazan algunas pinceladas de verosimilitud en las viñetas de aquellos autores visionarios.
Esta realidad a la sombra de la fantasía es la que puede verse en la exposición Marvel Superhéroes, situada en un espacio de 2.000 metros cuadrados en el interior del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. La muestra se exhibe por primera vez en Europa después de recorrer varios museos de EEUU y Canadá.
La exposición busca recrear en todo momento un atmósfera típica de viñeta de cómic. Réplicas de dos metros de personajes como Hulk, Spiderman o el Capitán América presiden la exposición, decorada al más puro estilo Marvel: una boca de incendios, callejones tatuados con grafitis y cabinas telefónicas que suenan de improviso. Una vez dentro, el visitante observa ante sí una decena de espacios habitados por personajes junto a ejercicios científicos que explican el superpoder que les dio la fama.
Uno de los más visitados es el de Spiderman, donde hay columpios sujetos al techo mediante cuerdas de Technora, el material más próximo a la seda de araña gracias a sus tres milímetros de grosor y su resistencia a 1.450 kilogramos de peso. Junto a Spiderman se halla la zona de Hulk, el engendro que reside en el cuerpo del doctor Bruce Banner y que nace siempre que este monta en cólera. En este espacio se expone cómo el cerebro está repleto de regiones asociadas a diferentes estados de ánimo como la tristeza, la ira o el sosiego.
La Antorcha Humana, el miembro más joven de Los Cuatro Fantásticos, también tiene su hueco en la exposición, que explica que el cuerpo humano tal vez no pueda escupir llamas como este superhéroe pero sí es capaz de producir calor en abundancia. Para demostrarlo, se ha instalado una cámara de infrarrojos con la que los visitantes descubren cuáles son las áreas más calientes de su organismo y qué sucede cuando respiran intensamente por la nariz o se agarran con fuerza un brazo.
Otro de los aspectos que subraya la exposición son los avances que se ha producido, en los últimos años, en la biomecánica. Para enumerarlos se ha tomado como ejemplo al doctor Octopus, el enemigo de Spiderman que desarrolló una serie de brazos robotizados que se fundieron con su cuerpo tras un accidente radiactivo. La muestra permite controlar con un mando las extremidades mecánicas y emular así los actuales brazos biónicos.
Pero existen más lecciones científicas a partir de superhéroes. La Mujer Invisible permite revelar a los visitantes que el cerebro es caprichoso y no siempre muestra lo que ve. Algunos científicos creen que la mente tiene su propia visión de la realidad, y que ésta siempre es un misterio. Algo similar a lo que sucede con los límites entre ciencia e imaginación.
Esta realidad a la sombra de la fantasía es la que puede verse en la exposición Marvel Superhéroes, situada en un espacio de 2.000 metros cuadrados en el interior del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. La muestra se exhibe por primera vez en Europa después de recorrer varios museos de EEUU y Canadá.
La exposición busca recrear en todo momento un atmósfera típica de viñeta de cómic. Réplicas de dos metros de personajes como Hulk, Spiderman o el Capitán América presiden la exposición, decorada al más puro estilo Marvel: una boca de incendios, callejones tatuados con grafitis y cabinas telefónicas que suenan de improviso. Una vez dentro, el visitante observa ante sí una decena de espacios habitados por personajes junto a ejercicios científicos que explican el superpoder que les dio la fama.
Uno de los más visitados es el de Spiderman, donde hay columpios sujetos al techo mediante cuerdas de Technora, el material más próximo a la seda de araña gracias a sus tres milímetros de grosor y su resistencia a 1.450 kilogramos de peso. Junto a Spiderman se halla la zona de Hulk, el engendro que reside en el cuerpo del doctor Bruce Banner y que nace siempre que este monta en cólera. En este espacio se expone cómo el cerebro está repleto de regiones asociadas a diferentes estados de ánimo como la tristeza, la ira o el sosiego.
La Antorcha Humana, el miembro más joven de Los Cuatro Fantásticos, también tiene su hueco en la exposición, que explica que el cuerpo humano tal vez no pueda escupir llamas como este superhéroe pero sí es capaz de producir calor en abundancia. Para demostrarlo, se ha instalado una cámara de infrarrojos con la que los visitantes descubren cuáles son las áreas más calientes de su organismo y qué sucede cuando respiran intensamente por la nariz o se agarran con fuerza un brazo.
Otro de los aspectos que subraya la exposición son los avances que se ha producido, en los últimos años, en la biomecánica. Para enumerarlos se ha tomado como ejemplo al doctor Octopus, el enemigo de Spiderman que desarrolló una serie de brazos robotizados que se fundieron con su cuerpo tras un accidente radiactivo. La muestra permite controlar con un mando las extremidades mecánicas y emular así los actuales brazos biónicos.
Pero existen más lecciones científicas a partir de superhéroes. La Mujer Invisible permite revelar a los visitantes que el cerebro es caprichoso y no siempre muestra lo que ve. Algunos científicos creen que la mente tiene su propia visión de la realidad, y que ésta siempre es un misterio. Algo similar a lo que sucede con los límites entre ciencia e imaginación.
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