“Vivíamos junto al mar. A la orilla del desierto. Éramos un pueblo errante que flotaba sobre la arena a la búsqueda eterna de agua, a la búsqueda eterna de sombra. Reyes azules entre dunas sin nombre. Entre dunas sin reyes. (…)”
EL PUEBLO SAHARAUI: UN PUEBLO PARTIDO EN DOS
Desde hace 33 años, unos 200.000 saharauis viven refugiados en los campamentos de Tinduf, en una lejana zona del desierto argelino conocida como la hamada, el infierno.Armados de esperanza, paciencia y dignidad, han conseguido crear escuelas y hospitales, granjas y huertos, para sobrevivir dignamente en medio de la nada.Mientras, en su tierra, el Sahara Occidental, invadido por Marruecos cuando España lo abandonó en 1975, se suceden las detenciones ilegales, las torturas y las desapariciones de los saharauis que quedaron allí. A ellos les ha tocado sobrevivir en los territorios ocupados, separados de lo demás por un muro, el muro de la vergüenza, construido por Marruecos, el más largo del mundo: más de 2.300 kilómetros que recorren de Norte a Sur el Sahara Occidental.Y mientras tanto, un País partido en dos y miles de familias soportando más de 30 años de sufrimiento, separación y exilio. Una parte viviendo en campamentos de refugiados en pleno desierto, el desierto de todos los desiertos. La otra, privada de los más elementales derechos individuales, soportando la represión y la falta absoluta de libertades bajo la ocupación militar marroquí. Este es el triste balance... un pueblo partido en dos.Es una vergüenza que nadie haga nada, ni el Gobierno español, a pesar de la deuda moral que contrajo con las saharauis cuando los abandonó a su suerte tras ser provincia española; ni la comunidad internacional, y en particular la ONU, que es incapaz de detener las ansias coloniales del Gobierno marroquí. Naciones Unidas ha aprobado más de 50 resoluciones a lo largo de estas últimas cuatro décadas, estableciendo incluso fechas para la celebración de referendos de autodeterminación que Marruecos siempre ha conseguido impedir. En las últimas semanas, marroquíes y saharauis han vuelto a sentarse cara a cara en Nueva York, bajo el auspicio de la ONU, en busca de una solución… sin encontrarla, pues Marruecos más que una negociación pretende un abdicación de los derechos legítimos de los saharauis.Los saharauis abandonaron la lucha armada confiando en las reglas democráticas de un juego en el que resulta que todo el mundo hace trampas. Su resistencia pacífica es un ejemplo que se estudiará en los libros de Historia en el futuro. Hagamos, por el bien de todos, que no sea inútil.
EXPOSICION REFUGIADOS EN EL DESIERTO
Una veintena de bares de España acoge una muestra de imágenes que retratan la vida de los refugiados en los campos de Tinduf.
Además de lugares para tomar una copa y gratos para conversar -como decía Gabinete Caligari- 25 bares de toda España comparten desde hoy una iniciativa solidaria. Estos locales van a ceder sus paredes hasta el próximo 30 de junio para albergar las 15 fotografías de la exposición Refugiados en el desierto, una serie de imágenes sobre la vida de los refugiados saharauis que malviven en los campos de Tinduf, en una zona del desierto argelino llamada El Infierno.
La valla, La profesora, Corral o Duna son los títulos de algunas de las preciosas imágenes en apoyo del pueblo saharaui que han retratado los fotógrafos José Antonio Bautista, Íker Amas y Juan Carlos Rincón. "Son fotos con fuerza, lo que se ha querido es hacer llegar lo que hemos visto allí", según el presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), José Taboada, para quien lo importante de esta iniciativa es "difundir para solucionar". La muestra también está organizada por el Festival de Cine del Sáhara.
Niños detrás de una valla, pequeños en fila india camino de la escuela, mujeres a la sombra de una casa y "el color del desierto", destaca Óscar Cubillo, organizador de esta exposición, son algunas de las imágenes que se puede contemplar ya en bares de Madrid, Alicante, Cuenca Gijón, Granada, Santa Cruz de Tenerife, Logroño, Miranda de Ebro (Burgos), Palma de Mallorca, Pamplona, Rincón de la Victoria (Málaga), Salamanca, Segovia, Soria, Valencia y Valladolid. También se han sumado el Ayuntamiento de Navaluenga (Ávila) y la Cruz Roja de Soria.
Para quien pise estos bares y quiera comprar una de las fotos expuestas -todas cuestan 45 euros y tienen un formato de 42x29,7 centímetros-, es tan sencillo como pedir una caña. La foto que nos guste se paga en la barra y cuando acabe esta exposición simultánea, el 30 de junio, se harán copias de los pedidos y el propio local se pondrá en contacto con el comprador. Eso sí, todo el dinero recaudado se empleará en la infraestructura que precisa la CEAS para ayudar a los saharauis. Cubillo espera que con el dinero obtenido puedan comprar "un camión" para distribuir mejor la ayuda a los refugiados en la caravana humanitaria de septiembre que llegará a Tinduf. Si sobra dinero, se empleará en "paneles solares o semillas", añade exultante Cubillo.
Los organizadores del evento denuncian que "desde hace 33 años", cuando España se marchó de su última colonia, los saharauis viven refugiados en los campos de Tinduf. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados nunca ha podido contar a los refugiados, que ascienden, según el Polisario, a 160.000, mientras que Rabat asegura que no superan los 100.000. Buena parte de ellos se instalaron allí en 1975, cuando España entregó el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, pero otros muchos permanecen en la antigua colonia. En esas condiciones han levantado sus "escuelas, hospitales, granjas y huertos".
Cubillo insiste en que todo el proceso, desde que se pague en un bar por una foto, hasta que el dinero se emplee en la caravana de ayuda a los saharauis es "absolutamente transparente".
http://www.refugiadoseneldesierto.com/