FLASH MOBS: 221108 23:30 PLAZA COLON MADRID + 49 CIUDADES ESPAÑOLAS

• Los Flash Mobs son convocatorias que reúnen a decenas o cientos de personas en lugares públicos para hacer algo juntos.
• El objetivo puede ser meramente lúdico o reivindicativo.
• Se caracterizan por un uso intensivo de medios tecnológicos como redes sociales, mensajes de móvil, blogs e Internet en general.

Si es de los que opina que la masa no piensa, a lo mejor deba revisar sus creencias al calor de los Flash Mobs, un fenomeno de internet que se puede traducir como 'Multitudes instantáneas' pero que está lejos de responder a movimientos espontáneos o improvisados. Consiste en convocar a través de correo, móviles, blogs o redes sociales al mayor grupo de gente para hacer algo en un lugar público.

El último de estos actos, convocado en 50 ciudades españolas, pretende llevar a miles de jóvenes a una guerra de almohadas mañana por la noche. Los impulsores de esta iniciativa pretenden batir un récord Guinness, pero la suya no parece una propuesta muy original. Según Wikipedia, tanto en nuestro país como fuera de él es ya un clásico eso de quedar con desconocidos para darse almohadazos.  Más de 50.000 usuarios han confirmado su presencia

50.000 personas han confirmado su asistencia a una guerra de almohadas

Pero al parecer la cita con las almohadas se está difundiendo como la pólvora a través de la red social Tuenti, donde los internautas invitan a todos sus amigos a participar. Tendrá más éxito que el primer Flash Mob español, que tuvo lugar en Barcelona en octubre de 2003.  La enciclopedia on line recuerda que consistía en situarse en la base del monumento con el brazo en alto, apuntando con el dedo índice hacía el mar. Tras pasar dos minutos, había que dar dos vueltas para acto seguido ponerse a gritar “¡Qué vienen los indios!”. Pero sólo acudió una decena de personas. De los acontecidos recientemente, puede descarse el que tuvo lugar en la estación de atocha en abril de este año. Convocados por mensajes de teléfono móvil e internet, varios cientos de personas acudieron a este punto neurálgico de la capital para, a la señal de un silbato, quedarse paralizados. Al acto se le dió el nombre de Congelados en Atocha y duró cinco minutos que, para algunos de los asistentes, se hicieron eternos.